Hemos conocido los resultados de un informe externo sobre el tranvía de la Diagonal que son totalmente favorables al proyecto. El problema es que se trata
de un informe encargado por la ATM, es decir, por el propio Ayuntamiento. Como se sabe, los estudios hechos por encargo siempre dan la razón al que los paga.
El proyecto, digan lo que digan los estudios, tiene muchos inconvenientes: económicos, de operatividad y de oportunidad, por no recordar que ya se hizo una consulta popular hace unos años y fue rechazado abrumadoramente. No se puede ignorar ese veredicto democrático.
Oficialmente, el proyecto pretende solucionar un problema que, probablemente, o no existe o, al menos, no se considera como prioritario. El verdadero problema del tranvía no es el propio tranvía, sino el empecinamiento del Ayuntamiento por instalarlo sea como sea.
Para encontrar un estudio imparcial habría que consultar el que se publicó en este mismo periódico el 20 de octubre del 2015 que desaconsejaba la instalación del tranvía por una serie de motivos, que se explican y razonan (“Un estudio técnico desaconseja el tranvía por la Diagonal”, Vivir, 20/X/2017) .